Cada vez que por un conflicto dentro del Metro, los vigilantes de seguridad tienen que actuar, inmediatamente después se habla en los medios de comunicación de " agresión". Cuando deberían decir supuesta agresión.
Es la cara y la cruz de la vigilancia en el metro. Es posible que existan vigilantes de seguridad incompetententes y agresivos o quizas lleven razón, pero pase lo que pase desgraciadamente siempre será más creíble la versión de que el agredido nunca tuvo la culpa de que le golpearan.
En este último caso, dos personas intentan acceder al metro en la estación de Lavapiés justo a la hora del cierre a la 1 y 30. Los vigilantes se lo impiden para lo cual tienen que emplear la fuerza. ¿Como si no impedirlo?, ¿Hablando?. Siempre habrá gente que lo vea muy fácil y piense que esa es la vía, no saben que hay con gente con la que no se puede negociar. La normas son las normas, son para todos, y están para cumplirlas.
El otro caso reciente de agresión en el Metro de Madrid es el de Ramón Cardona, un extranjero que intentó coger el metro en la Estación de Puerta del Sur con signos muy visibles de embrigadez. El vigilante se opuso a que viajara en ese estado y ahí comenzó la discusión.
Uno de los artículos del reglamento de viajeros prohibe terminalmente el acceso al transporte público cuando existen síntomas de embriagadez en una persona. De consentirlo puede peligrar su vida o la de los demás. Lo siento Ramón, no podías viajar así.
Después de tanto tiempo desde la muerte de Carlos Palomino, desde noviembre de 2007, ahora se han mostrado las imágenes que se grabaron con las camaras de videovigilancia tanto en el vagón como en los andenes del Metro de Legazpi.
Josué Estébanez de 23 años le arranco la vida de una sola puñalada en el corazón. En este espeluznante video se ve como lo hizo, es premeditado , apenas da tiempo a verlo.
Es increible que haya gente tan incivica pero desgraciadamente la hay. Pegar a un conductor por no tener cambio de 10 euros.
La última victima de una agresión en el autobús, fue un conductor de la línea 481 que hace el reccorido entre el Hospital Severo Ochoa de Leganés y la Plaza Elíptica. Resultado: herido en un ojo y en las cervicales y baja médica. Solución: Proteger a los trabajadores de la escoria humana por medio de mamparas de protección invirtiendo en seguridad en todas las líneas de autobuses urbanos e interurbanos, sean conflictivas o no. O eso o que les paguen plus de peligrosidad por llevar salvajes a bordo.
Se están implantando en los buses nocturnos, pero la solución sería implantarlos en todos.